Estamos de vuelta por aqui. Debo destacar que aunque la mayoría de mis análisis hasta el 17 de agosto ocurrieron tal cual, dichos resultados no me enorgullecen debido a que fueron negativos. El equipo dominicano de baloncesto no obtuvo ninguna de las primeras cuatro plazas que le darían el boleto para el Torneo Mundial de Turquía en 2010; aunque todos los expertos tienen diversas razones seguimos afirmando que ello fue fruto de la improvisación.
En nuestra última entrega, también, nos desviamos de la temática que este blog está supuesto a seguir. O sea, que las emociones nos abordaron y al tratar de analizar la situación de la Selección Dominicana de Baloncesto perdimos la sensatez al enfocarnos en un periodista en particular como si estuviera tratando de rebatir su punto de vista.
Mi buen amigo D.P. muy atinadamente me hace esa salvedad la cual aceptamos haciendo la promesa de retomar el analisis del comportamiento deportivo dominicano. Mi objetivo entonces era destacar como la prensa puede cambiar la percepción, no solo de los fanáticos, pero también de futuros atletas, entrenadores y dirigentes deportivos, especialmente en momentos críticos como estos donde muchas cosas deben cambiar para bien. Sépase que a pesar de los avances, millonadas (de pesos y/o dólares) invertidas, infraestructuras construidas y esfuerzos auténticos la República Dominicana no es la fuerza deportiva que realmente debería ser a estas alturas.
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